martes, 5 de enero de 2010

SUEÑOS Y MISTERIOS...

Siempre un libro me acompaña al jardín de los sueños, a esos misterios que se pasean sin dueño cuando la vigilia cierra los ojos y morimos por un instante a lo eterno.

Como alucinaciones sin sentido a veces cocinan en una misma olla todo lo sucedido durante el día. Otras veces nos recuerdan lo olvidado, lo que somos o lo que fuimos, también pueden ser premoniciones o avisos de lo que vendrá. Son una puerta de comunicación con otro mundo y su significado simbólico y universal nos acerca a nuestros fantasmas, miedos y deseos, y al movimiento interior que nos encadena durante el día a las inclemencias de este mar en el que navegamos.

No me interesan las técnicas para recordarlos, sí para adentrarme en ellos como mera espectadora teniendo la capacidad de cambiar el final de la película, pero para ello la evolución debe ser superior a la que ahora poseo y todavía no me es posible reescribir el guión de mis sueños, pero sí observarlos desde fuera elaborando mi propia crítica como si estuviese sentada en la butaca de un cine abierto sólo para mí.

Me encanta introducirme en este jardín de misterios y dejar que mi alma vuele fuera de mi cuerpo para que viaje donde desea, sin cadenas. Mi jardín de los sueños es un secreto, el recuerdo no se me regala normalmete, mi alma viaja a donde necesita y yo no necesito saberlo, respetamos nuestro espacio. El saber queda dentro y despierto tan descansada y llena de energía que cada despertar es un nuevo nacimiento.

Sólo a veces, algunos sueños se me envían en una carta de recuerdos al consciente. Se me regala e intento comprender, sin demasiado esfuerzo, pues el mundo de los misterios se escapa a nuestra comprensión consciente y su interpretación errónea es fácil. Prefiero esforzarme en comprender lo real y palpable.

He soñado con toros, con insectos, con mi madre, con claros datos simbólicos para cualquier estudioso de este mundo. Me han avisado del dolor y la decepción. Han confirmado mi sufrimiento alguna vez y me han dado la oportunidad de despedirme con un beso de quien se marchó sin avisar.

También he escuchado mi nombre de una voz conocida y familiar que desapareció sin una despedida y sin una lágrima. De casi todos obtuve un significado coherente, alguno lo comprendí tarde. También he tenido sueños evolutivos, concepto del psicoanálisis cuyo conocimiento a nivel básico puede ser interesante. Un conocimiento profundo me puede impedir ver más allá y limitarme dentro de una única disciplina y no creo que a estas alturas Freud pueda limitarme. No es un tema donde me interese profundizar, por ahora.

He hecho el amor con una mujer con gran pasión aún deseando tocar a un hombre. Buscando su significado simbólico me fue confirmado mi camino de confianza, seguridad, autoestima y amor a mí misma, ese camino que a veces se difumina pero que el sueño me recordó y me animó a seguir.

Incluso en épocas pasadas de tinieblas y soledad, en esas noches oscuras y sin sentido existencial el sueño era mi descanso y mi premio, deseaba cerrar los ojos y salir de mi cuerpo para volar a otro lugar, para verlo todo desde arriba y no sentirlo. Todo era sereno y tranquilo, incluso este deseo. De esa época en la que deseaba dormir para no regresar me llevo el mayor aprendizaje, la mayor lucha y el mayor premio. Los sueños siempre me dieron la calma.

Los cuentos de Eva Luna me acompañaron de la mano al jardín los sueños la otra noche, un sueño dentro de un sueño me sorprendió y la carta del recuerdo llamó a mi puerta al despertar. El sueño principal era mi conciencia y el sueño dentro de este sueño era mi cuerpo. La lucha entre la conciencia y la carne se ha trasladado al mundo de los misterios, yo sólo quiero que se me absuelva de la responsabilidad de la conciencia por un día para poder entregarme al gozo del no pensar.

Quizá sea demasiado tarde, ¿Para qué?, ¿Para seguir al cuerpo o para seguir al alma?, cuando se empieza a andar en este camino es difícil retroceder, incluso en sueños, aunque el alma necesite un cuerpo, aunque el cuerpo necesite un alma…

Siempre un libro me acompaña al jardín de los sueños, a esos misterios que se pasean sin dueño cuando la vigilia cierra los ojos y morimos por un instante a lo eterno. Si me regalas un libro me regalas sueños.

Duermo cada día feliz, me quedo con ello.

Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
"La vida es sueño" Pedro Calderón de la Barca
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... y hablando de sueños he intentado acompañar esta entrada con Sueño de amor de franz liszt, pero no puedo, os lo tendreis que imaginar hasta que lo consiga

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