viernes, 5 de agosto de 2011

PLATERO








I. Platero




Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.




Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las flores rosas, celestes y gualdas...Lo llamo dulcemente: "¿Platero?" y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...




Come cuando le doy. Le gustan las naranjas, mandarinas, las uvas moscateles, todas ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...




Es tierno y mimoso, igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra..........




Tus ojos, que tú no ves, Platero, y que alzas mansamente al cielo, son dos bellas rosas.





Juan Ramón JImenez.















En la búsqueda de la ternura, de la sensibilidad, de la belleza, he encontrado a Platero.





Arrástrándome hacia la superficie, arañando ese anhelado cielo, he encontrado a Platero.





Sedienta de ese imaginado oasis, he encontrado a Platero.





Divisando la Verdad a lo lejos, entre mentiras mundanas y vacíos del alma, he encontrado a Platero.





Entre los versos que la noche y la serena soledad me regalan, he encontrado a Platero.





Desde mis ojos perezosos he encontrado la pluma de un ángel,



desde la humildad de una existencia puedo intuir la esperanza...






Os acerco a Platero, para quien no lo conozca, para que os bañe de sencillez y os acerque al origen, a las pequeñas cosas, a esa SERENIDAD ARMONIOSA Y DIVINA QUE VIVE EN EL SINFÍN DEL HORIZONTE....

























1 comentario:

mária dijo...

Delicia de Platero!.
La poesía está hasta en los burros. Bueno, luego hay otros burros que no se merecen ni una gotita de poesía.
Besossssss